miércoles, 21 de agosto de 2019

TORIA DEL VAGON ORQUESTA




Imaginemos un vagón orquesta que avanza a paso rápido. En el extremo del vagón suena una música muy agradable y en su parte trasera hay un grupo de gente que se lo esta pasando en grande. La música fuerte y clara actúa como reclamo y comienza a unirse más gente que estaba en los alrededores, progresivamente más y mas mirones se amontonan al final del vagón, y los que al principio se encontraban disfrutando de la primera fase de la fiesta comienzan a marcharse. A medida que aumenta el numero de juerguistas al vagón le cuesta mas y mas avanzar, finalmente el vagón no puede seguir avanzando y se detiene; esta parado y continua subiendo gente ¿por que no? llegados a este punto es  muy fácil unirse a la diversión, todo es alegría y regocijo, los que quieren unirse a la masa ya no necesitan correr para asaltar el vagón, resulta tan fácil subirse que ni siquiera hay que saltar. Pero la naturaleza del vagón es seguir avanzando, quedarse inmóvil no es natural y por lo tanto esta situación no puede prolongarse; intenta avanzar, no puede, ya que la multitud que se agolpa en la parte trasera es excesiva, debe liberarse del pesado lastre; y lo hace. Cambia rápidamente de dirección y parte de los juerguistas salen disparados, la música se detiene y empiezan a surgir caras de asombro; y  antes de que nadie se entere de lo que esta sucediendo se produce una nueva sacudida, esta vez mucho mas violenta; cae de nuevo otro grupo de gente, vuelven a la realidad la cual consiste en que  la diversión se convierte en una pesadilla de proporciones épicas y empieza a cundir el pánico. Algunos deciden saltar antes que se produzca otro latigazo, los que no pueden mantener el equilibrio caen al suelo enfangado y sucio; las sacudidas prosiguen y cada vez son mas violentas, llegados a este punto solo aguantan los mas fuertes y el vagón viendo que no puede liberarse del todo, se agita con todas sus fuerzas y es de tal magnitud esta ultima ola que incluso sus ruedas delanteras se suspenden y el vagón queda en posición perpendicular, los últimos ocupantes caen al suelo rotos y maltrechos. Es entonces cuando surge del bosque un nuevo grupo de espectadores, van limpios están sobrios y todos sus movimientos son deliberados y muy estudiados. Este grupo que parece nuevo no lo es en absoluto, se trata del mismo grupo que abandono el vagón tranquilamente antes de aquel final tan violento.


Los anteriores ocupantes  observan atónitos como los maestros del juego  ponen de nuevo en marcha  el vagón, la música comienza a sonar, acelera y desarrolla su elegante avance, libre y ágil. Pasados unos kilómetros uno de los maestros grita: atentos que están aquí de nuevo¡ en cuestión de segundos los que fueron victimas del anterior desastre parecen interesados de nuevo, la música parece como si les despertase de la tumba y una vez mas comienza el interminable ciclo.
Todos en algún momento hemos sido ocupantes del tren, debemos huir de los cantos de sirena y músicas que nos  hipnotice.


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