Muchos te hablarán de su significado
y pocos lo entenderán, pero a medida que acumulas operaciones cada stop que
ejecutas tendrá un sentimiento y una connotación diferente. Cada perdida tendrá
dos efectos, el primero recaería en el económico y el segundo en el ego del
inversionista. Si luchas con todo tu ser contra el segundo, actúas rápido y
consecuentemente con tu plan, el primero no sufrirá daños irreparables.
Para este momento vale la pena
recordarte, que tu plan debería tener tres puntos: Uno de entrada y dos de
salida, estos dos últimos se dividen en el factor esperado y en el
tan mencionado stop, que se convertirá en tu salida de emergencia en caso
de que lo proyectado no tenga un feliz término.
Cuando eres niño escuchas
hablar que la esperanza es lo último que se pierde y que todo va a mejorar
con el paso del tiempo. Sin embargo, si le entregas la posición a la
suerte y abandonas tu plan, es allí cuando optas por darle prioridad al
ego y abandonas el factor económico a los azares del destino. Por tal motivo,
si permites que esta situación se presente en tu cuenta, la convertirás en
una hoja que se mece en el viento, esperando a que Diego Torres y su color
esperanza aparezcan para salvar a tu ego.